Desde la impresión en 3D hasta la fabricación robótica, la industria global de la construcción ya ha adoptado tecnologías de vanguardia. Estas herramientas aparentemente futuristas, sin embargo, encontrarán un punto de apoyo en nuestras vidas cotidianas como cualquier cosa menos exóticas.
En su lugar, incluso las tecnologías más radicales serán absorbidas en nuestra rutina diaria como métodos prácticos de reparación y renovación a pequeña escala. En el proceso, la innovación digital puede estimular el retorno a un ethos premoderno de compartir la comunidad y el trabajo colectivo, a medida que los residentes conectan en red a sus impresores para producir nuevos diseños juntos o reutilizar los desechos arquitectónicos para colaborar en proyectos futuros.
Estos comportamientos son la infraestructura social a través de la cual las herramientas avanzadas serán bienvenidas en nuestras vidas, y son una parte olvidada pero de vital importancia de la conversación de diseño de hoy. El futuro urbano, podríamos decir, se realizará con nuestros amigos y vecinos.